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Los costaleros avanzan con la imagen de la patrona para ponerla de cara al mar de Torrevieja.
Regalo musical para La Purísima

Regalo musical para La Purísima

El nuevo órgano del templo de la Inmaculada se estrena de forma parcial en el día de la patrona

C. M. A.

Viernes, 9 de diciembre 2016, 00:34

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Con los tradicionales cantos de la salve marinera y el himno de la Inmaculada que afloran las emociones de muchas personas, se dieron ayer por finalizadas las fiestas patronales de Torrevieja, como colofón a la masiva procesión en torno a la venerada imagen de La Purísima Concepción que discurrió anoche y en la que hizo acto de presencia una fina lluvia a la altura del Mercado Central que obligó a cubrir a la virgen con un plástico.

El día grande comenzó pronto como es costumbre, sobre las siete de la mañana, cuando centenares de personas se concentraron en la Plaza de la Constitución para participar en la tradicional Diana, que se celebra incluida en la programación de la Concejalía de Fiestas a pesar de los años que hace que desapareció la Peña Diana, impulsora de esta costumbre. La banda de Los Salerosos fue la que puso la nota festiva de este desfile por las calles del centro urbano, atacando pasodobles y sobre todo canciones populares que hicieron cantar y bailar a los asistentes. El recorrido, salpicado por el disparo de los madrugadores cohetes, tuvo un momento especial a las puertas de la sede del Grupo de Amigos Ex-adictos (Gaex), que desde siempre se ha volcado en la celebración de las fiestas patronales. Allí todos los componentes de la entidad quisieron compartir un desayuno con los participantes en la Diana, en especial con los músicos.

Chocolatada, monas, bizcochos y paparajotes, fueron degustados por todos, en un alarde de compartir con los demás en una fecha tan señalada para la ciudad. Los componentes del colectivo, con su presidente al frente, Vicente Onteniente, prácticamente no durmieron esperando que llegara a su sede la Diana. Desde un principio a la comitiva festiva se unieron los gigantes Lily, el Lobo y el Ogro, que realizaron de esta forma el último de los recorridos de este año, acompañados por su comparsa de cabezudos.

La combinación entre la charamita, la banda de Los Salerosos y la gente con ganas de pasarlo bien a pesar de lo temprano de la hora, dio un gran resultado y puede decirse que esta actividad que pasó por algunos años de gran declive, prácticamente se ha recuperado. La mayor parte de la jornada estuvo marcada por el acento religioso del día y por eso el templo arciprestal y sus alrededores fueron un ir y venir de personas, muchas de ellas desplazadas expresamente para la ocasión. Uno de los oficios principales fue el de las doce de la mañana, presidido por el arcipreste Manuel Martínez, en el que se estrenó parcialmente el nuevo órgano de tubos que ha sido construido durante la última década para que este templo vuelva a contar con este instrumento ornamental del que la iglesia ya disponía antes del incendio de 1936. La eucaristía estuvo cantada por la Coral Francisco Vallejos y su director, Aníbal Cano, fue el encargado de hacer sonar solemnemente el nuevo órgano con la brillante interpretación de la 'Misa en honor de Santa Cecilia' de Charles Gounod.

Ya por la tarde en la celebración religiosa previa a la procesión la misa fue cantada por el Orfeón de Torrevieja, bajo la dirección de Mario Bustillo. Miles de personas se echaron a la calle después para acompañar a la imagen de La Purísima. Emotivo fue el momento en el que la virgen fue girada cara al mar por los costaleros, bendiciendo las aguas en las que reside gran parte de la historia de Torrevieja. Acto seguido hizo acto de presencia la lluvia, pero fue fugaz y finalmente la procesión pudo completar todo su trayecto previsto.

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