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Gaspar Macià
Viernes, 9 de diciembre 2016, 00:34
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La Navidad ilicitana definitivamente ha abierto sus puertas. Si el miércoles se encendió el alumbrado extraordinario de fiestas y la Escolanía del Misteri ofreció un concierto ante cientos de personas concentradas en la Plaça de Baix, ayer tuvo lugar la inauguración del Belén Municipal en la Glorieta y a continuación, en el Gran Teatro, el pregón de la Asociación de Belenistas, a cargo de la periodista María Pomares.
Como sucede cada año, la expectación era máxima ayer tarde en la Glorieta poco antes de la inauguración del belén, a cargo del alcalde, Carlos González, acompañado de varios concejales. La gente formó una larga cola para poder ser los primeros en contemplar la realización de la Asociación de Belenistas, que cada año sorprende con detalles y composiciones nuevas.
En esta ocasión estrenó un nuevo cielo estrellado, con efectos luminosos y sonoros. Cuenta con una gran cascada y más de 800 piezas hechas a mano, entre ellas algunas tan ilicitanas como la Dama y el guardacostas Francesc Cantó. La Asociación de Belenistas ha jugado con la perspectiva de la estampa navideña, diseñando el belén en dos planos, para hacerlo más atractivo a los visitantes. Una realización que generó un año más, los elogios y felicitaciones de las autoridades y asistentes.
Nada más abierta al público la instalación de la carpa de la Glorieta, se formó el río de gente que seguirá durante todas las fiestas, con ganas de apreciar hasta el último detalle de la gran creación de los belenistas ilicitanos.
A continuación, tras la inauguración, el foco de atención se desplazó al Gran Teatro, donde tuvo lugar el pregón de Navidad que organiza la Asociación de Belenistas, y que como es costumbre, tuvo como protagonista a una persona vinculada a los medios de comunicación. En este caso fue María Pomares, delegada de 'Información' en Elche.
Tras agradecer a los belenistas su elección, señaló que «cuando llegan estas fechas, se habla mucho del espíritu navideño», pero que «lamentablemente, cuando pasa el 6 de enero, todos nos olvidamos de valores como la solidaridad, la generosidad, la unión, el compañerismo, la convivencia o la ilusión con los que tanto se nos llena la boca estos días a todos... Le demos o no a la Navidad un sentimiento religioso».
Sin embargo, la Asociación de Belenistas «demuestra que, efectivamente, no hay que esperar a que llegue la Navidad para sacar lo mejor de nosotros mismos. Demuestra que es posible vivir la Navidad y ser un poco más personas todos los días del año. Da igual lo que diga el calendario», añadió.
Destacó el valor de las tradiciones y costumbres, que pese a ir cambiando «nos ayudan a ir avanzando como sociedad» y van configurando» nuestra identidad como sociedad y como personas».
Se refirió a la «gente anónima» que «pocas veces se lleva los grandes titulares» pero que «hace posible escribir la historia con mayúsculas». Una labor que, según añadió, realizan cada años los belenistas «con sus manos», elogiando su trabajo y dedicación.
Belén en crecimiento
Relató la pregonera que «en mi casa nunca hubo debate entre belén y árbol. Mi madre zanjó la discusión desde el principio poniendo las dos cosas». Recordó cómo el nacimiento fue ampliándose e incorporando más elementos, hasta un pato de madera, «dinosaurios, Power Rangers y hasta alguna tortuga ninja» incorporados por su hermano junto a múltiples animales. Incluso llegaron a montar belenes en puntos distintos de la casa.
La periodista rememoró seguidamente las navidades con sus abuelos y bisabuela, con la pandereta, las castañuelas, las reuniones al calor de las brasas en el campo... «Cuando acababa la cena llegaba lo mejor, el momento de asar castañas», apuntó. La mañana de Navidad y la pelea con los primos por el primer beso del día, el cocido de la abuela María, que años después se cambiaría por el arroz con costra.
La pregonera recordó con emoción cómo el día de Reyes marcó la pérdida de sus abuelos paternos en diferentes años, y cómo la 'influencia familiar' con sus Majestades de Oriente hacía que recibiera sus regales «un par de días antes». Uno de aquellos regalos, una radio azul con un micrófono sirvió «para que mi hermano y yo comenzáramos a jugar a ser reporteros». Pese a la influencia con los Reyes Magos, «por casa también pasaba, y sigue pasando, Papá Noel», reconoció.
Finalizó su intervención recordando el cuento 'Nochebuena' de Eduardo Galeano, para asegurar que «haciendo balance, al final, todas mis navidades han sido felices, muy felices» y aunque «muchas personas queridas se han ido en estos años, siempre nos quedarán los recuerdos de aquellos momentos vividos con ellos».
Tras el pregón de María Pomares, la Coral y Rondalla Municipal del Centro Polivalente de Carrús interpretó un repertorio de villancicos tradicionales.
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