Borrar
Urgente Bertín Osborne y Taburete, entre los artistas de los Conciertos de Viveros 2024
El gaitero Carlos Núñez, en una imagen promocional.
«La música celta sigue viva en España»

«La música celta sigue viva en España»

gaitero

Lola Torrent

Martes, 6 de diciembre 2016, 01:54

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Carlos Núñez comienza el 8 de diciembre la gira de celebración del 20 aniversario de 'A Irmandade das Estrelas', el primero de los discos que sacó al mercado. Su publicación marcó un antes y un después en el panorama de la música celta. Los sones de la flauta y la gaita del artista gallego han acompañado a músicos internacionales de muy variado género como los Rolling Stones, Julio Iglesias, Montserrat Caballé, Supertramp o Bob Dylan. La gira recorrerá 20 ciudades en España y otras tantas en EE UU. El día 9 actúa en el Teatro Principal de Alicante.

-¿De dónde le viene esa pasión por la música celta?

-Desde niño. ¡Es tanta la felicidad que produce! Es como si los instrumentos transmitieran una especie de energía. Tanto la flauta como la gaita.

-¿Cuál de las dos cosas empezó a tocar primero?

-Primero fue la flauta. Es para mí un amor platónico muy íntimo, capaz de hacerte volar. Y cada una de ellas, en función de su tamaño, tiene su propia personalidad. Cambia como lo hace el timbre de nuestra voz. Y luego descubrí la gaita, un instrumento más pasional, más carnal, incluso más sexual diría yo. La gaita es la guitarra eléctrica de la Edad Media. Ambas son como mis dos amores y en los conciertos voy cambiando. Toco los dos instrumentos.

-¿Qué le llevó a hacer una gira dedicada a los 20 años de 'A Irmandade das Estrelas'?

- Aquel disco produjo el boom de la música celta en España. Era una época especial, impregnada de la música 'New age' y fue un trabajo en el que colaboraron más de 50 artistas internacionales, entre ellos The Chieftains, Ry Cooder, Luz Casal o Dulce Pontes. Para celebrar los 20 años de su aparición pensé en volvernos a juntar todos pero luego opté por colaborar con esa nueva generación de gente muy joven que toca instrumentos tradicionales y que son muy buenos, aunque nunca salgan por televisión y no se les conozca. La música celta está viva en nuestro país. En otros lugares como Alemania han acabado copiando el pop americano que lo copa todo. Han perdido sus instrumentos y melodías tradicionales. En España eso no ha ocurrido. Hace poco más de un mes Carlos Saura estrenó su nueva película y en ella incluye un tema de 'A Irmandade Das Estrelas 2' grabado con 20 de estos jóvenes músicos, muchos de los cuales nos acompañan en la gira.

- Hace apenas una semana dirigió usted un concierto muy particular en la Catedral de Santiago de Compostela con una réplica en madera de todos los instrumentos que aparecen labrados en piedra en el Pórtico de la Gloria. Fue casi un experimento...

-No sabíamos como iba a sonar porque nunca se había hecho algo así. Y lo hicimos. Fue posible porque todos esos instrumentos de música medieval siguen vivos 1.000 años después y hay jóvenes que los tocan. En Alemania hubiera sido impensable y en cambio en España no lo hemos perdido. Algunos de esos instrumentos nos los hemos llevado a la gira para incorporarlos a los conciertos. Y además hemos invitado a los artistas de la música tradicional de cada zona. En Alicante la gente va a poder escuchar melodías de sus Moros y Cristianos o de los pasacalles de sus fiestas. Nuestros músico se han aprendido las músicas más tradicionales de los alicantinos.

- En sus conciertos el espectador no solo escucha la música. El público acaba implicándose en el espectáculo.

- La gente espera de nosotros esa parte romántica, soñadora y misteriosa que caracteriza a la música celta y que evoca a los druidas y los bardos. Pero al final siempre se convierte en una gran fiesta. La gente acaba invadiendo el escenario y bailando con nosotros. Es impresionante.

- Su último disco, 'Inter-Celtic', salió en el año 2014. ¿ Está trabajando en un nuevo proyecto discográfico?

- Llevamos unos años dedicados especialmente a los conciertos, en particular, por Estados Unidos. Estamos haciendo unos cien al año por países diferentes y eso requiere tiempo, además de entrenamiento. Yo tengo un preparador personal y hago mucho ejercicio. Es como un deporte de élite. Hacer música tiene una parte mental y una física. Cada concierto que haces tiene que ser excepcional para la persona que viene a presenciarlo. Te preparas para que sea el mejor de su vida, aunque para ti se trata de un día más de trabajo. Es agotador, un esfuerzo brutal. Es imposible grabar. Sólo puedes estar centrado en tus conciertos. Cada nuevo disco supone tres años de dedicación. Es caro y requiere mucho tiempo. Pero sí puedo adelantar que pronto habrá novedades. Será después de esta gira de celebración del 20 aniversario de mi primer disco.

- ¿ Se percibe la música celta de diferente manera en función del país donde celebre el concierto?

- Cuando hacemos giras por diferentes lugares hay públicos a los que ves con mucha necesidad de energía. Sientes como te la absorben a través de la música. Lo he notado mucho por ejemplo en Alemania. Viven de tu energía. En cambio en España es todo lo contrario. Uno de nuestros violinistas es americano y siempre nos dice que le sorprende recibir en los conciertos tanta energía del público español. Se queda maravillado. En este país llevamos la felicidad dentro. Tenemos mucha más energía que en otros. Somos más felices.

- Además de sus discos y la composición de bandas sonoras -entre otras para la película 'Mar Adentro' de Alejandro Amenábar- le caracteriza haber colaborado con todo tipo de músicos de múltiples nacionalidades tanto en la grabación de discos como en sus actuaciones en directo. ¿ Qué le ha aportado?

- Las colaboraciones son la parte más divertida de mi trabajo. Tocar la gaita con Bob Dylan, o con The Who, o grabar con los Rolling Stones una canción irlandesa, o con Montserrat Caballé, o con Carlinhos Brown, o que Julio Iglesias me llamara para decirme que tenía un concierto en Londres y me quería allí... todo eso demuestra que la música no tiene fronteras. He aprendido mucho. Cada artista es un mundo diferente. Y conoces otras religiones, otras culturas. Eso te hace verlo todo con más flexibilidad. Aprendes a adaptarte a la diversidad de la vida.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios