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El autor Juan Eslava Galán en una imagen de archivo.
«El mismo día que acabo un libro empiezo por norma el siguiente»

«El mismo día que acabo un libro empiezo por norma el siguiente»

escritor

Lola Torrent

Miércoles, 30 de noviembre 2016, 02:08

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Gran apasionado de la historia desde niño, su trayectoria literaria ha dejado desde 1975 hasta hoy una senda de 86 libros de narrativa y ensayo . 'El amor en el jardín de las fieras', publicado en septiembre por Espasa, es una novela basada en la búsqueda del origen de la raza aria en España.

- Toda obra, en sus comienzos, siempre tiene un detonante ¿Cuál fue el de esta novela?

-Me topé con un documento histórico en el que Serrano Suñer, ministro de Franco, le pide a los alcaldes de los pueblos limítrofes a la excavación arqueológica visigoda de Castiltierra, en Segovia, que manden al yacimiento obreros altos y rubios porque el ministro del Tercer Reich Heinrich Himmler, un hombre obsesionado con la búsqueda de la historia de la raza aria, iba a visitarlo. Ese episodio poco conocido de nuestra historia reciente fue el origen de esta novela. Pensé: voy a hacer que se fijen en un obrero que responde a las características físicas de un ario puro y se lo lleven a Alemania para estudiarlo.

- Háblenos de su libro. ¿Cómo lo definiría?

-Es una novela histórica con mucho de ensayo. Una de mis preocupaciones como lector de historia está relacionada con la Alemania nazi. Cuando pensamos en aquella época nos viene a la mente la idea de un Berlín bombardeado, en ruinas y no pensamos que antes de eso fue una ciudad llena de cabarets, de óperas. Tenía una vida cultural muy intensa, aunque mediatizada por el nazismo. En la novela he querido reflejar cómo era y contar cómo vivían allí los españoles. La mayoría era personal de la Embajada de España en Berlín y corresponsales de prensa. Unos privilegiados. El hilo conductor son dos historias de amor que se de desarrollan en ese ambiente fascinante que describo como una fotografía lo más fiel posible del esplendor de la ciudad en aquellos años.

- Mezcla personajes reales con otros creados por su imaginación. ¿ Se siente cómodo entrelazando realidad y ficción?

-Sí, porque esos personajes reales tenían una vida novelesca. Los miembros de la embajada y los corresponsales españoles llevaban en Berlín una vida privilegiada. Llegaron recién acabada la Guerra Civil y dejaron atrás una España donde había mucha miseria. En Alemania tenían buenos sueldos y el ministro de Propaganda los mimaba y les concedía privilegios que estaban prohibidos a los propios alemanes como el consumo de alcohol o el jazz. A los jóvenes les encantaba ese tipo de música pero si los sorprendían con algún disco o bailando se les metía en la cárcel. En cambio, los españoles iban a restaurantes, bebían alcohol y escuchaban jazz en fiestas privadas que se celebraban en las casas. Con ellos se hacía la vista gorda siempre que siguieran siendo fieles a las directrices del régimen.

- A veces el proceso de documentación histórica previo a la escritura es muy laborioso. ¿Ha dedicado mucho tiempo a ello?

-En este caso documentarme no fue un proceso penoso por mis muchas lecturas sobre la Alemania de la época de Hitler y porque visito mucho Berlín. Lo tenía todo muy a mano y pocas veces tuve que levantarme a consultar datos. Todos los tenía en mi cabeza. El problema de escribir novela histórica es que tienes que consultar muchas fichas para no meter la pata y aún así la metes. Pero en este libro no me ha hecho falta.

- ¿Cuánto tiempo le ha llevado escribirlo?

- Cinco o seis meses. Es lo que suelo tardar en escribir cualquiera de mis libros. Las ideas están en mi cabeza, crecen dentro de mí y sólo hay que sacarlas fuera. Un libro es como un embarazo.

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