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'Mystère' zapatero en el mercado galo

'Mystère' zapatero en el mercado galo

Las ventas de calzado español a Francia llevan un año en caída, tras crecimientos de hasta el 20%

Gaspar Macià

Domingo, 9 de octubre 2016, 01:31

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El sector nacional del calzado vive con inquietud la incertidumbre que se ha apoderado del mercado francés. El principal cliente exterior, al que el año pasado se vendieron el 22% de los zapatos exportados, y que durante el primer semestre llegó a alcanzar un incremento del 20% en valor, inició en la segunda mitad del año una caída que se ha acentuado en 2016 y que ha hecho saltar las alarmas.

El ejercicio de 2015 se cerró con unos incrementos del 8,6% en valor y del 1,1% en pares. Quienes pensaron que era un bache pasajero han comprobado conforme avanzaba este año lo equivocados que estaban. Las ventas a Francia han seguido bajando, hasta situarse al cierre del mes de julio en una caída del 17% en valor. Un descenso que se duplica en la provincia de Alicante, la más afectada por la caída de las ventas al país galo y por el descenso general de la exportación nacional, que de enero a julio se desplomaba un 2% en pares y un 7,3% en valor en ese periodo. Es decir, la caída francesa más que duplicaba la media general en facturación.

La explicación a este súbito descenso del principal cliente del calzado español no está clara, o al menos no parece responder a un solo factor. Imanol Martínez, director de marketing de la patronal nacional FICE, apunta que «quizás se trate de un reajuste tras unas subidas poco realistas de ejercicios anteriores: estábamos creciendo al 20% de forma continuada y eso no era normal», apunta. También sugiere movimientos de grandes importadores galos que desvirtúan el mercado con sus pedidos, «ya sea porque hacen enormes pedidos en un momento dado, como porque dejan de comprarnos de golpe y se buscan otros proveedores».

En cualquier caso, apunta Martínez, más que preocupación por esta caída, lo que hay en el sector es expectación por ver si es una tendencia que se confirma o se trata de un reajuste tras el que la situación se normalizará. «Ninguna de las grandes marcas que exportan a Francia me ha transmitido nerviosismo por el momento. Quienes tienen marca y prestigio están manteniendo las ventas», indica el técnico de FICE.

Empresarios consultados por este periódico se muestran igualmente desconcertados ante un descenso tan acusado en tan poco tiempo. Apuntan también como una posible causa a los movimientos de grandes importadores, que compraban calzado de marca blanca en España -especialmente en la provincia de Alicante, de ahí que el bajón sea más pronunciado en esta zona- aprovechando los precios ventajosos por la devaluación salarial y que podrían estar buscando proveedores en otros países a precios más bajos, como Portugal.

También puede tener relación, como apunta Jaime Carbonell, de la firma ilicitana Wonders, con el tipo de calzado que se exporta. «No es lo mismo vender botas a 60 euros que unos zapatos a 30». La diferencia se acentúa aún más cuando se trata de gamas más económicas, como el calzado textil, caucho o plástico -entre ellas las populares 'sneakers' o zapatillas de línea deportiva- que se encuentran entre las que más crecen en la exportación española.

Por el contrario, los datos de las exportaciones de este año aportan pronunciadas caídas en la venta de calzado de piel de señora -el más demandado internacionalmente- del orden del 17% en pares y del 19% en valor.

Carbonell destaca que también existe un «ambiente de preocupación» entre los comerciantes, «que ya no venden como antes, porque ya no hace tanto frío, los hábitos de consumo están cambiando sin parar y hay cada vez más gente que compra por internet».

Menos tiendas minoristas

Otro empresario ilicitano, Enrique Esquitino, del grupo Illice (Break&Walk), coincide en que «no hay una sola causa» que explique la caída en Francia. Apunta una de ellas: «Cada vez quedan menos tiendas tradicionales y las grandes cadenas están copando el mercado». Eso quiere decir, añade, que se nutren de zapatos de marca blanca, «que es el que más se ve sometido a la presión de los precios, por lo que va cambiando de proveedores en busca de los más ventajosos».

También hay quien apunta que los costes laborales en Italia se han reducido, lo que está permitiendo al principal competidor de España, con el apoyo de su potente industria auxiliar, producir calzado de gama media y media-alta a precios similares a los nacionales, logrando así una mayor cuota de mercado en un segmento en el que el zapato español era el rey.

También el calzado portugués ha incrementado su competitividad, en especial en las gamas de zapato cómodo urbano, con el consiguiente detrimento para la exportación española.

Junto a todo ello, también se apunta el descenso generalizado del consumo que se ha producido en Francia, especialmente en París, a causa de la bajada del turismo a raíz de los atentados yihadistas, junto a los problemas de la economía gala, que no acaba de recuperarse. El Brexit, además, ha introducido un nuevo elemento de inquietud que se refleja en los hábitos de muchos consumidores.

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