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Los regantes niegan que los caudales de la cola del Júcar sean de calidad

La Junta Central de Usuarios critica las declaraciones de la consellera Cebrián y dice que si no llega de Cortes para beber será del pantano de Antella

Bernat Sirvent

Martes, 4 de octubre 2016, 01:45

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Los regantes y usuarios del Vinalopó, l'Alacantí y la Marina Baja, representados en la Junta Central, el máximo interlocutor de la Administración durante la construcción y puesta en marcha de la transferencia hídrica Júcar-Vinalopó, arremetieron ayer contra la consellera de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Cebrián, tras la entrevista publicada el pasado domingo en este diario. Cebrián asegura que no habrá toma en Cortes de Pallás (tal y como se concibió el proyecto original, en el que incluso se ejecutó el tramo de elevación) y que el agua de la cola del Júcar tiene suficiente calidad para riego y para beber al ser prepotable.

Al ser preguntada, Cebrián dijo sobre la transferencia Júcar-Vinalopó que el Consell actual «se ha encontrado una infraestructura prometida por el PP hace quince años y sin hacer» y añadió que «ya hemos solucionado la discrepancia fuerte sobre la toma con la Confederación Hidrográfica del Júcar y al cuenca cedente, pues la toma del Azud de la Marquesa es la que es, la que agrega el acuerdo y ofrece suficientes garantías de calidad de agua prepotable con todas las inversiones que se han hecho».

El portavoz de la Junta Central, Ángel Urbina, desmintió ayer con rotundidad a la consellera: «Se lo digo de ingeniero a ingeniero a la señora Cebrián, es mentira que el agua de la cola del Júcar sea prepotable y de calidad, nadie lo ha dicho ni en el Ministerio ni en ningún otro sitio». Y va más allá Urbina, al señalar que, «aun suponiendo que fuera prepotable y de calidad, es una cuestión de dignidad para la provincia de Alicante, no entiende ni Dios que se tenga que enviar agua para beber de la cola de un río, sólo le faltaba eso a Alicante, las sobras del río», añade el portavoz de la Junta Central de Usuarios.

Le recuerdan a la consellera que el Plan de Cuenca del Júcar aprobado el pasado año contempla 80 hectómetros trasvasables al Vinalopó, l'Alacantí y la Marina Baja, cuando finalicen las obras de modernización de la Acequia Real del Júcar, en Valencia, que corresponden al estado. «Disponemos ya de 50 hectómetros para regar de aguas abajo del pantano de Tous, pero hace unos meses firmamos un convenio con el Ministerio para ver de dónde sacamos los otros 30 hectómetros para beber», añade Urbina. Niega también, por tanto, que el conflicto sobre la toma esté solucionado entre la Generalitat, la cuenca cedente y la CHJ, como dijo la consellera Cebrián en la entrevista.

La Junta Central cree que el problema ahora es consensuar una toma alternativa para el agua de más calidad para beber y niega que tenga que ser obligatoriamente en Cortes de Pallás. Urbina habla del curso medio y no descarta que sea en el pantano de Antella. «Lo de hablar de agua para beber del fin de un río que da al Mediterráneo no se sostiene», critica Urbina, el cual habla de componentes disueltos en el caudal en algunas épocas del año como «manganeso y boro, es decir, es más fiable el agua del mar, porque se sabe que contiene solo agua y sal», añade el portavoz. Además, le recuerda a Cebrián que el agua abajo de Tous, en el Azud de la Marquesa, aparte de su calidad «es carísima incluso para el riego, pues hay que pagar un coste energético para la elevación de 800 metros y los regantes no podemos asumir el coste».

La Junta Central también quiere aclarar a la consellera sus consideraciones sobre sequía. «Cuando habla de la aridez de Alicante habla del aumento de la demanda en los últimos veinte años y le decimos que no hay más sequía porque haya más demanda, porque está estancada tanto para consumo público como para regadío, además de que el Ministerio impide crear más regadíos porque ya declaró sobre explotado el acuífero Jumilla-Villena».

«Que sepa la señora consellera que en Alicante siempre hemos dependido de nuestros propios medios antes y después de que se pusiera en marcha, en el año 79, el Tajo-Segura», indica Urbina, el cual añade que en los últimos cincuenta años se han consumido las reservas de los dos últimos siglos por el desarrollo natural sin aportaciones externas, al revés de lo que ha ocurrido, según el portavoz de la Junta Central, en Madrid, Valencia, Barcelona o Zaragoza. «Además, la consellera no puede decirle a la cuarta provincia española que no al desarrollo, como dice la Nueva Cultura del Agua», advierte Ángel Urbina.

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