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Maruja, con sus abogados, el pasado jueves en las inmediaciones del Palacio de Justicia de Alicante.
La juez ordena que la 'abuela coraje' de Orihuela se haga cargo de su nieta

La juez ordena que la 'abuela coraje' de Orihuela se haga cargo de su nieta

Falla a favor de la mujer al considerar que Bienestar Social separó de su entorno a la pequeña, cuya madre fue asesinada por su pareja, de manera «brusca e inesperada»

Luis Candela

Sábado, 1 de octubre 2016, 00:48

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Separar a la niña de cuatro años tras el asesinato de su madre de su abuela Maruja solo le ha causado mayor sufrimiento. La resolución del Juzgado de Primera Instancia 8 de Alicante que falla a favor de devolver la custodia, cautelarmente, a la mujer de 63 años es contundente. La juez de apoyo responsable del fallo manifiesta que Bienestar Social adoptó la medida «opuesta a la recomendada por la psicóloga», que ha supuesto para la menor «salir de su núcleo familiar de manera brusca e inesperada», pasando de convivir con su abuela y su hermano «a verlos unas horas cada quince días en un punto de encuentro familiar». Así lo recoge el auto al que ha tenido acceso este diario y con el que ordena reintegrar «de manera inmediata» a la cría.

La batalla legal de esta 'abuela coraje' arrancó hace poco más de dos años, cuando su hija apareció muerta en su domicilio del oriolano barrio de Capuchinos. El presunto autor del terrible crimen, el marido de la víctima, aguarda en prisión a la celebración del juicio por lo ocurrido la noche del 2 de agosto de 2014. Con el duro golpe por superar, días después la Conselleria de Bienestar Social decidió apartar a la niña, fruto de la relación entre la pareja, de su abuela materna a favor de la tía paterna. Maruja parecía no ser apta.

Una decisión a ojos de la mujer de 63 años «injusta» que dio pie al camino espinoso de Maruja Cuenca por la custodia de la criatura, de entonces solo 2 años. Ante el litigio iniciado por ambas familias, este mismo juzgado, Primera Instancia 8, acordó por sentencia en enero de 2015 dejar a la pequeña con su abuela materna mientras que emplazó a la Conselleria a valorar la situación y adoptar la medida de mayor protección para la niña. En función de una interpretación libre del fallo, el organismo público decidió privarla de su familia acordando un acogimiento con una pareja educadora.

Bienestar Social amparó su decisión en la sentencia pero la juez recuerda que en el fallo manifestaba que recoge «la idoneidad de la abuela materna para tener en acogimiento de su nieta». La resolución de diciembre de 2015 reproducía el informe de la psicóloga sobre lo más adecuado para la pequeña: «soluciones familiares frente a institucionales» y «las permanentes frente a las temporales», sobre todo teniendo en cuenta la corta edad de la menor.

Pues bien, en este caso nos encontramos con una solución «totalmente opuesta a la recomendada por la psicóloga y recogida en la sentencia», como indica la ponente del fallo en el auto notificado ayer a las partes. Todo ello, sin indagar en el centro escolar de la menor, al que no faltaba un solo día y en el que se había integrado de forma plena, como informó la tutora de la niña, testimonio aportado por la representación de la mujer, que ejercen los letrados Sergio Marco Pérez y Guillermo Jiménez-Conde (de MMB Abogados). Resulta «controvertido», como dice la juez, que la entidad pública no recabase información en el colegio.

El auto no refleja dudas a este respecto y pone de manifiesto los problemas del cambio en el acogimiento: «ha conllevado la salida de la niña del núcleo familiar de referencia formado por su abuela materna y su hermano, el cambio de centro escolar a sabiendas del buen rendimiento y el gran nivel de adaptación que gozaba».

Los informes de las visitas de la abuela y hermano a la menor no hacen más que constatar por qué Maruja no cejó en su empeño de recuperarla. Según la documentación, la pequeña se muestra alegre siempre que acuden la mujer y su otro nieto, de 12 años. La situación es bien distinta cuando se marchan, quedando la niña llorando y sollozando. Ahora, parece que esa losa podría desaparecer para permitir que se fundan en un abrazo en un reencuentro que los tres añoran.

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