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Un agente medioambiental con el cazador identificado.
La caza del lacero más huidizo

La caza del lacero más huidizo

Medio Ambiente tramita una denuncia contra un experto en capturar con métodos prohibidos jabalíes y arruis tras tres meses de investigaciones

R. A.

Lunes, 11 de enero 2016, 00:47

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Los agentes medioambientales adscritos a la Conselleria de Agricultura acaban de culminar una de las operaciones más costosas y duraderas del cuerpo que se dedica a la protección del medio natural y al control y erradicación de la caza ilegal. La actuación tuvo lugar en el cauce del río Montnegre, en el término municipal de Jijona, próximo ya al de Alicante, en una zona protegida ZEPA durante la madrugada, ya que el dispositivo tuvo que establecerse durante tres largos meses, noche y día, debido a los movimientos «huidizos y extraños» que realizó el experto en capturas prohibidas con lazos.

Según la denuncia interpuesta por el cuerpo de Agentes Medioambientales y facilitada a este diario por la Conselleria de Agricultura, el cazador fue sorprendido e identificado después de muchas noches de vela por parte de los también conocidos como guardas forestales de la Generalitat. La operación se inició hace tres meses en el río Montnegre en una zona ZEPA, incluida dentro de un monte público de titularidad municipal declarado como coto de caza.

Los lazos, hasta cinco, estaban bien camuflados en el centro de una repoblación de pinar y, aprovechando algunos árboles, había hecho un pequeño vallado de unos quince metros cuadrados con alambres, ramas, troncos, arbustos y espinos, así como unas gateras para dejar los lazos.

En el perímetro descubierto, el cazador, que, tras ser identificado, reconoció ser el propietario y responsable de la instalación de los lazos, había gateras abiertas para poner los cables, hasta cinco distintos. Como cebo para los animales ungulados (fundamentalmente jabalíes y cabras arruis, aunque no se descarta que también capturara algún muflón o incluso ciervo) usaba «abundante gasoil, maíz, almendras, uvas e higos y los ponía en el interior del recinto vallado, para que así los animales tuvieran que entrar a buscar la comida al interior».

Los guardas hallaron a pocos metros un pino con una silla y otro pino donde había cámaras de vigilancia. «Llama la atención el camuflaje de las escaleras en el tronco del pino», añade el relato de la denuncia de los agentes de Medio Ambiente.

Los agentes deducen que, por el aspecto de las rama, el uso de la senda dentro de la pinada y otros indicios hallados, el denunciado puede llevar varios años cazando en la zona. Creen que podría haber capturado varias decenas de animales, en especial jabalíes y cabras arruis (o del Atlas), porque en las últimas cacerías legales de ese coto, celebradas en el último otoño e invierno, no se ha abatido ni una sola pieza de caza mayor, según la Conselleria.

Tras muchas horas de seguimiento y previa autorización de la directora territorial de Medio Ambiente, Carmen Catalá, se decidió intervenir cuando, por los indicios hallados, después de dar caza a un animal había dejado los lazos de nuevo activados, lo que le obligaba a volver en pocas horas o días. Hasta ese momento, tras capturar un ungulado, dejaba desactivados los lazos prohibidos durante un tiempo, lo que le evitaba tener que vigilarlos con periodicidad y, por otra, le permitía variar sus horarios para poner nuevos cebos y comida. Los agentes, no obstante, ya lo tenían fichado, porque realizaron seguimientos desde la lejanía con medios ópticos y ocultando sus vehículos oficiales, además acceder a pie por rutas alternativas.

Los agentes decidieron apostarse a diez metros del vallado desde las 5.30 de la madrugada para sorprender 'in situ' al cazador furtivo una hora después. F. J. G. G., el denunciado por la Conselleria, de mediana edad y residente en Alicante, subió a Montnegre a revisar los lazos con una linterna encendida que llevaba incorporada a una lanza de 161 centímetros y 31 centímetros de cuchilla cortante para acabar con los animales enganchados.

La Conselleria no descarta que además de los ungulados, haya capturado en los últimos años especies protegidas como jinetas y tejones. «La tenencia y uso de lazos o artes no selectivos, así como cebar la caza con productos contaminantes como el gasoil está totalmente prohibido en el Código Penal, en la ley de Caza y en la Ley de Patrimonio Natural; por ello la Conselleria tramita las correspondientes denuncias». Ahora, los agentes investigan en otros parajes protegidos, como el Maigmó, las andanzas del lacero más huidizo, al haberle avistado por esa zona. El artículo 336 del CP prevé pena de prisión de cuatro meses a dos años o multa de ocho a 24 meses e inhabilitación para el ejercicio del derecho cinegético al cazador cazado.

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