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Los granadinos O91, durante uno de sus conciertos en los años 90. :: R. C.
El rock de 091 vuelve con brío

El rock de 091 vuelve con brío

La banda retorna a los escenarios dos décadas después en el festival Actual. El grupo granadino agota las entradas y emprende ahora una gira que lleva por lema 'Maniobra de resurrección'

J. F. BARRERA/ A. JIMÉNEZ

Martes, 5 de enero 2016, 01:29

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LOGROÑO. 091 es una magnífica banda de rock and roll, una máquina de acordes, de riffs, de toques elegantes, de actitud, de modestia sublime que hace que temas con 25 años de antigüedad logren llegar a 2016 sin pestañear, con una contundencia sonora que encandila al personal.

091 regresaba a los escenarios en el festival Actual dos décadas después de su retirada. Con las entradas agotadas, el público se mostró complacido con la reaparición de una banda que hizo vibrar a quienes se dieron cita en el Palacio de Deportes de La Rioja. Ahora emprenden una gira que lleva por nombre 'Maniobra de resurrección'. Vuelve a reunirse la formación inicial, formada por José Antonio García (vocalista), José Ignacio Lapido (guitarrista y compositor), Tacho González (batería), Jacinto Ríos (bajista) y Víctor Lapido (guitarrista). Sus temas son clásicos, como 'La chica de ayer' o 'Siempre quise ir a LA', pero con la intensa diferencia de que llevan dos décadas sin ser interpretadas en directo por sus autores. Con todo el respeto para Loquillo y los Trogloditas y Nacha Pop. La palabra es adicción, mono, síndrome de abstinencia musical.

Gran Lapido recorre con las manos las cuerdas de su guitarra. Acaricia y rasga, le saca notas y melodías. A veces parece Extremoduro y a veces los Burning; la banda de Lou Reed o algo que solamente puede imaginar él. Es cosmico cuando puntea para arrancarse con 'La Torre de la Vela'. Sideral. Es cósmico cuando juega con los acordes y por los altavoces suena 'La noche que la Luna salió tarde'. Una muchacha empieza a llorar cuando descubre que lo que sale de la guitarra de Gran Lapido es 'Un cielo de color vino'.

Sale Pitos a escena cuando 'Palo Cortao' llega a su ecuador. Está en plena forma. Atlético, delgado, elástico. Se le ha visto en la cena en la barra del Café Maravillas de Logroño y ya no es aquel chaval de finales de los ochenta, ni el guapo-guapo de las juergas del Ruido. Pero sigue estando rematadamente bueno y así se lo gritan desde la primera fila durante todo el concierto, en cada intervalo entre canción y canción. Mientras, armado con su armónica, se contonea y mueve a lo Mike Jagger.

Cantan desenchufados. Gran Lapido con su guitarra acústica. Pitos a pleno pulmón. Es una joya. En los viejos tiempos era la hora del mechero. Ahora todos los momentos son móviles, pero la magia persiste.

Queda el tramo final. 'Esta noche', 'La calle del viento', 'La vida qué mala es'. El Pitos, antes de la última canción, recuerda un día en el Sacromonte con Morente, de cañas y con jamón, cuando el Maestro Don Enrique, de coña, les dijo: «La vida qué mala es». De ahí la canción. Hablan poco los Cero con la peña. Pero para eso tienen sus guitarras, sus letras. El retorno de 091, cuyos discos están fuera de circulación desde hace años gracias a un repertorio excelso, demostró que quien tuvo retuvo, que la banda no ha perdido su carisma sobre las tablas.

091 grabó su primer álbum, 'Cementerio de Automóviles', en 1984, tras ganar el concurso Rock de Jerez. Después le siguió 'Más de 100 lobos', producido por el mítico Joe Strummer, a quien el grupo había conocido en Granada. 'Debajo de las piedras' y 'Doce canciones sin piedad' completan una discografía plena de rock, literatura crítica y canciones inolvidables. Sus composiciones destilan un estilo desinhibido y lúdico. Sus letras, que hablan de decepción y rezuman desencanto, encontraron en las guitarras eléctricas las mejores aliadas para hacer sonar un rock con marchamo de autenticidad.

Su regreso coincide con el 20 aniversario de la despedida del grupo, que permeneció en el candelero desde 1982 y se separó tras un último concierto celebrado en el auditorio granadino de Maracena. Fue un 18 de mayo de 1996. Aquel concierto quedó grabado en un disco en directo. «Estamos aquí por vosotros», dijo Lapido a sus admiradores, muchos de ellos venidos de Granada. Lo más curioso de todo es que cuando tocaban hace décadas no disfrutaban del éxito que ahora cosechan. Para ello han tenido que resucitar.

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