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Instalaciones del CP Manjón Cervantes, antes de comenzar las obras de remodelación.
Los técnicos afirman ahora que el desalojo del Manjón Cervantes no era necesario

Los técnicos afirman ahora que el desalojo del Manjón Cervantes no era necesario

Los informes trasladados a Urbanismo indican que la estructura «es muy sólida» y que las grietas fueron por un problema de ferramiento

José Vicente Pérez Pardo

Jueves, 3 de septiembre 2015, 01:29

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Los últimos informes trasladados a Urbanismo del colegio público Manjón Cervantes revelan que los problemas en el centro escolar eran mucho menores de lo esperados, incluso concluyen que no era necesario desalojar el centro. El concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, y la edil de Educación, María José Espuch, se reunieron ayer con los técnicos de obra y personal de la Conselleria para ultimar el proyecto constructivo y comenzar la vuelta de los escolares.

Los trabajos, que comenzaron el pasado 25 de junio, se acabarán el 1 de noviembre. A partir de ahí, se iniciará el traslado de mobiliario y la adecuación de las instalaciones, de tal forma que todo esté listo para que los menores puedan regresar, previsiblemente antes de las vacaciones de Navidad.

Las catas realizadas para el replanteo en el inicio de los trabajos en julio sorprendieron a los técnicos, puesto que descubrieron que no había ningún problema de cimentación ni aluminosis. «El edificio del Manjón Cervantes tiene una estructura muy sólida, con cimentación en roca», explicaba ayer el concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, tras la reunión mantenida con su compañera y los técnicos. «Ha sido una alarma infundada», manifestó el edil de Guanyar.

Según le trasladaron los expertos, la aparición de las grietas que provocaron la preocupación de los padres se debieron a «un problema de ferramiento», en todo caso menor. «Si se hubiera hecho un estudio técnico en profundidad, se hubiera evitado que los niños se hubieran marchado», remarcó Pavón.

«El anterior equipo de gobierno del PP se podría haber precipitado y haber lanzado una alarma infundada, condenando a la comunidad escolar a estar seis años fuera del centro», reiteró Pavón.

Lo único que encontraron los técnicos que realizaron las catas detectaron humedades y otras patologías constructivas «que no estaban contempladas en el proyecto», pero nada tan grave como para tomar esa decisión, según han concluido seis años después del desalojo. «Había que arreglar estos desperfectos, pero para esas reparaciones no era necesario alargar seis años el traslado de los menores, que se ha alargado innecesariamente», apuntó la concejal de Educación, María José Espuch.

Estos últimos informes sobre el terreno han obligado a modificar el proyecto constructivo según se licitó. Los operarios han arreglado todas las patologías detectadas, desde las grietas iniciales hasta las humedades. El presupuesto, sin embargo, se mantiene en un millón de euros: a pagar, medio millón la Generalitat Valenciana y el otro medio, el Ayuntamiento de Alicante.

Además, con el mismo presupuesto se han sustituido las carpinterías exteriores «para una mejor eficiencia energética» del inmueble y se cambiará el alumbrado.

El ritmo de los trabajos continúa según el plazo previsto.

Cuando los alumnos regresen, no quedará ninguna alguna prefabricada en los colegios del casco urbano de Alicante, aunque todavía está pendiente de resolver la escuela de Cañada del Fenollar. En la Concejalía de Educación todavía no tienen una fecha para iniciar los trabajos en este centro, el último en barracones de la ciudad tras muchos años. En algunos casos parecían crónicos, como en el colegio público Benalúa, donde ciclos enteros de escolares pasaron su educación sin un edificio concreto, o el Pedro Duque, entre otros. Ambos ya tienen un nuevo centro, aunque sea en otra ubicación.

Ahora, la principal preocupación del área de Urbanismo es «recuperar la zona, puesto que el cierre del colegio afectó al barrio de Carolinas, con el cierre de comercios», admitió el concejal de Urbanismo, por lo que estudiarán qué medidas se puede tomar para dinamizar la zona alrededor del colegio, aunque también cree que la vuelta de los escolares al centro provocará un empuje.

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