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Un niño recibe una inyección de la vacuna contra la gripe H1N1. :: villar lópez / efe
Los colegios oficiales instan a denunciar a los médicos que rechazan las vacunas

Los colegios oficiales instan a denunciar a los médicos que rechazan las vacunas

Aseguran que su código deontológico obliga a indicar el mejor tratamiento disponible y que el caso de Olot habría sido mala praxis

BORJA ROBERT

Martes, 18 de agosto 2015, 00:32

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Sugerir a una familia que no inmunice a sus hijos puede ser mala praxis, y los colegios médicos están dispuestos a sancionar a los facultativos que las desaconsejen. Al menos, cuando se rechacen vacunas básicas que protegen de enfermedades muy graves, como ocurre con la mayoría de las presentes en los calendarios oficiales. El caso del niño de Olot, que falleció hace pocas semanas tras contraer difteria -porque sus padres no quisieron vacunarlo-, ha puesto en alerta a la comunidad sanitaria, y varios organismos se han pronunciado sobre los límites que no debe cruzar un facultativo en su práctica profesional.

El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB), Jaume Padrós, aseguró recientemente que el organismo que dirige propondrá sanciones e incluso la suspensión del ejercicio de los facultativos que desaconsejen las vacunas. «Es inadmisible y contraviene el código deontológico», afirmó entonces. Su vicepresidente segundo, Jaume Sellarés, explicó ayer a este periódico que «los médicos han de regirse por el código deontológico y siempre procurar al paciente el mejor tratamiento disponible». No prevén, afirmó, ninguna acción concreta aunque aclara que actuarán en caso de que llegue alguna denuncia. «Ya ha habido sanciones a médicos por casos así», recalcó Sellarés. «Las vacunas son un arma terapéutica de primer orden, han salvado muchas vidas y no recomendarlas cuando está indicado es actuar de forma incorrecta y esta penalizado».

Desde la Organización Médico Colegial (OMC), por su parte, apoyaron la postura del COMB aunque matizaron que no todas las vacunas son iguales, y recordaron que desaconsejar algunas de ellas no es irregular, ni mala praxis, ni siquiera algo peligroso. «Generalizar no está bien y no debemos anatemizar a alguien por asegurar que determinada vacuna no es recomendable», afirmó Juan Manuel Garrote, secretario general de la OMC. «Nuestra obligación es analizar cada caso».

Discusión científica

Que una vacuna sea eficaz, aclaró, no significa automáticamente que sea necesaria. «La eficacia no debe ser una puerta para que entren todas las vacunas del mundo en el calendario», alertó. «En España no necesitamos inmunizar a los niños para el rotavirus porque solo provoca unas diarreas». En otros lugares con falta de acceso a agua potable, por ejemplo, este mismo tratamiento puede ser vital. Tampoco tendría sentido inocular a los españoles contra el virus del ébola, que es un patógeno endémico de África central y oriental. «No hay que olvidar que los medicamentos tienen efectos secundarios y que cualquier fármaco conlleva un riesgo que debemos asumir», explicó. «Lo fundamental es que la argumentación y la discusión sea en base a criterios científicos».

No está claro cuántos pueden ser los médicos en España que desaconsejan, por norma, incluso las vacunas más habituales. Sin embargo, una discusión recurrente dentro del colectivo es la costumbre de muchos colegios oficiales de médicos de apoyar posgrados y cursos de terapias sin respaldo científico. El COMB, por ejemplo, avala un máster de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) de 'Medicina y enfermería naturista' en la que participa Xavier Uriarte, presidente de la Liga para la Libertad de Vacunación,o cuenta con la homeopatía -una disciplina inventada hace doscientos años y que nunca ha logrado mostrar efectividad en ensayos clínicos como los que deben superar los medicamentos convencionales- como sección dentro del colegio. «Debemos distinguir entre tratamientos complementarios, que acompañan a lo eficaz, y alternativos, que lo sustituyen», recalcó Sellarés. «Si se mantienen como complementarias no hay mala praxis».

«Lo que seguro que es sancionable es que un médico aconseje a sus pacientes contra una vacuna que está probada y que se sabe que evita muertes», explicó Garrote. Si los padres del niño de Olot hubiesen decidido no inmunizar a su hijo por consejo de un facultativo colegiado -no se sabe-, aseguró, éste podría perder su derecho a ejercer por mala praxis. «Está claro que se obró mal».

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