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Decenas de docentes esperan ayer en el IES Antonio José Cavanilles de Alicante para realizar el primer ejercicio.
Profesores de los nervios

Profesores de los nervios

Begoña, con 18 años trabajados como docente, está obligada a aprobar mientras que Luis y Raúl buscan su primera oportunidad

Esther Brotons

Viernes, 26 de junio 2015, 00:40

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Nervios y más nervios. Unos intentaban aplacarlos mordiendo la capucha de un bolígrafo, y otros hacían esfuerzos por concentrarse con los papeles de los apuntes y hacer un repaso de último minuto a pesar del alboroto que había alrededor. El Instituto de Secundaria Antonio José Cavanilles de Alicante fue uno de lo lugares escogidos y habilitados por la Conselleria de Educación en la provincia para celebrar el primer examen de las oposiciones. Decenas de docentes de Primaria empezaron a llegar pronto para revisar el listado con sus nombres y comprobar a qué aula tenían que acudir entre los seis tribunales asignados. A las diez de la mañana empezaba la prueba de fuego.

Un total de 16.120 docentes en la Comunitat estaban llamados ayer a participar para cubrir 655 plazas de nuevo ingreso. De las solicitudes, 6.298 pertenecen a la provincia de Alicante, con 82 tribunales encargados de examinarles.

Elena y Carmen fueron dos de los aspirantes. Se presentaban por segunda vez. Ya lo hicieron en 2011 y 2013, respectivamente. La primera aprobó, pero desde que terminó la carrera hace cuatro años ha estado esperando una oportunidad laboral. Le llegó el pasado mes de febrero. «Espero que quiten el acuerdo o si no me echan habiendo aprobado todas las partes. Es como si mi tiempo no hubiera valido para nada», explicaba en referencia al acuerdo de interinos de 2013 -que prima las oposiciones a la hora de trabajar- y que ha sido anulado por el TSJ, pero recurrido por la Conselleria de Educación. Nadie sabe con qué baremo reordenarán las bolsas de trabajo una vez concluyen las oposiciones.

En el caso de Carmen, no las tiene aprobadas: «Soy de francés de Primaria, pero al eliminar mi especialidad me ha tocado presentarme por otra. Estoy optando por Primaria y terminé la carrera en 2008, solo he trabajado tres o cuatro meses. Es horrible».

Con muchos años de experiencia docente estaban Eva y Begoña. El acuerdo de 2013, -que supuso dejar sin efecto el de 2010- les ha obligado a presentarse a esta convocatoria. Tienen 17 y 18 años trabajados, respectivamente, y solo una parte de las anteriores oposiciones superadas. «Si el recurso de la Conselleria sigue adelante nos iremos a la cola, a la calle». Ayer se presentaban con «mayor presión» para intentar mantener el puesto. «Nos parece muy injusto el acuerdo, pero no es cuestión de bandos. Todo el mundo tiene derecho a entrar y a seguir en la bolsa. Entrar uno no significa echar a otros. Nosotras también entramos una vez y no significó que otros se fueran a la calle. Seguro que hay otras maneras de hacerlo porque hay plazas para todos, pero no las sacan; esto es ponernos en contra unos a otros y estamos aquí sin saber lo que va a pasar», criticaban. Este año no han hecho otra cosa que estudiar y compaginarlo con el trabajo y la familia. Sin tiempo para más, «en un momento tres bolas van a decidir nuestro futuro», añadía Begoña en referencia a los temas que por sorteo tendrían que responder.

Para Raúl y Luis es su primera vez desde que se licenciaron. Si el nuevo Consell aplicara el acuerdo de 2010, es decir, acatase la sentencia saldrían perjudicados. Según señalaron, «ahora mismo nos presentamos sin tener ninguna oportunidad. Como no tenemos experiencia docente no entraríamos y deberían mirar por los chavales que empezamos». Esperaban que la suerte estuviese de su lado. «La necesitamos, a ver si nos cae el tema que sabemos».

Igual se encontraba María Isabel, que hasta que han salido estas oposiciones se ha ido formado en psicopedagogía. «Llevo todo el año preparándome, casi sin vida», aseguraba. Se presentaba «con mucho nervios, tengo ganas de trabajar pero hay muchísimas gente y no tengo ningún mérito. A ver qué valoran al final, si más la experiencia o los estudios», apuntaba.

María y Mónica están en la misma situación, pero ahora mismo la rebaremación es su última preocupación. Su único objetivo es aprobar, aunque también lamentaron que los opositores «no tengan nada claro» el sistema para la reorganización de las bolsas de trabajo.

Este cambio de criterio es denunciado por Raúl, un profesor que lleva cuatro años trabajando y que tiene las oposiciones superadas. Se presentaba otra vez, según comentaba, para «no desactualizarme». En su caso, le daba igual el acuerdo que finalmente se aplique. Pese a encontrarse «salvado» y no perder puestos, «estoy en contra de que se cambien las normas de juego cuando a los políticos de turno se les ocurre. No me gustan que cambien las reglas. Hoy me puede beneficiar y mañana perjudicar»

El sindicato STEPV ya ha anunciado que pedirá al nuevo Consell una reunión urgente para pedir que aplique la sentencia y «evitar una oleada de rebaremaciones en las oposiciones docentes». Asimismo, solicitará a la futura Conselleria de Educación que retire el recurso interpuesto por la ya anterior administración.

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