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Blázquez pide a los católicos que voten en coherencia con su fe

El presidente del episcopado advierte de que el derecho a la vida, el matrimonio homosexual y la libertad de enseñanza no son negociables

ANTONIO PANIAGUA

Martes, 21 de abril 2015, 01:56

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Las citas electorales se acumulan y los obispos piden la palabra. Ayer recordaron a los católicos que hay asuntos «innegociables» en los que no es posible transigir y les demandaron que vivan «en coherencia con su fe». El presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, enumeró las líneas rojas para un cristiano en su primer discurso ante la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal desde que fue creado cardenal. «El derecho a la vida desde la concepción hasta su fin natural, el verdadero matrimonio, la armonía y estabilidad familiar» y la libre elección de centro escolar son «valores» que la Iglesia considera que no están sujetos a transacciones.

Blázquez apeló a los fieles para que actúen de forma consecuente, pues la religiosidad no está reñida con el compromiso. «Es necesario que los cristianos, especialmente los seglares, vivan, personal y asociadamente, con coherencia responsable y alegre, la fe en la calle, en la vida social y política, en el ejercicio del voto o de la representación y actividad política, en la familia y con los amigos, en la cultura y en el arte, en el trabajo y en la diversión».

Los obispos ven el escenario social y político «con preocupación», sobre todo por las consecuencias devastadoras de la crisis en los más débiles. Prueba de ello es que preparan un documento sobre la realidad social que vive España que será aprobado en la presente asamblea plenaria. El análisis de los prelados, según Blázquez, no debe ser entendido como una intromisión de la Iglesia, pues ésta no se involucra en el orden partidista. «Ante esto la posición de la Iglesia no es, como ya viene demostrando nuestra Conferencia Episcopal desde los inicios mismos de la Transición política, en la que tuvo un destacado papel en la recuperación pacífica de los derechos y libertades, la de un contrincante político».

Denunció la corrupción, que a su juicio es fruto del «secularismo y el materialismo economicista». El cardenal sostuvo que la crisis económica obedece en realidad a una «crisis antropológica, ética y religiosa». Explicar la crisis solo con criterios económicos es una postura reduccionista. «Hay otras causas que proceden de la falta de valores éticos y del sentido trascendente de la persona, de la marginación de Dios, en definitiva, y con Él del ser humano». En consonancia con la línea doctrinal establecida por el papa Francisco, Blázquez arremetió contra la visión «idolátrica» de la lógica económica. «La ideología que defiende la autonomía absoluta de los mercados y de la actividad financiera instaura una tiranía invisible que impone de forma unilateral sus reglas», aseveró.

Frente a la corrupción y la cultura del descarte, los obispos apuestan por una «regeneración moral» que comporte una mayor solidaridad «con los más pobres y favorezca la auténtica cohesión social».

La jerarquía católica debatirá estos días las líneas maestras del plan pastoral para los años comprendidos entre 2016 y 2020 con el fin de adecuarlo al magisterio del Papa argentino. A la Iglesia le inquieta el debilitamiento de la vida religiosa, tanto apostólica como contemplativa.

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