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La Policía registra una de las casas de los abusos tras detener a tres curas y un laico

Los agentes llevaron a los arrestados a un chalet a diez kilómetros de Granada para encontrar pruebas

ADELA GIRÓN

Martes, 25 de noviembre 2014, 02:15

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Tres sacerdotes, miembros del clan de los Romanones, y un seglar fueron detenidos ayer dentro de la investigación judicial que se lleva a cabo por los abusos sexuales denunciados por un joven, un caso en el que están implicados una decena de curas.

Los religiosos arrestados son el padre Román V., supuesto cabecilla del grupo y a quien el denunciante se refirió como 'el director'; Francisco J. M., juez diocesano apartado de sus funciones, y Manuel M. M., expárroco de la iglesia alpujarreña de Órgiva. El laico apresado es Sergio Q. M., profesor de Religión muy cercano a los tres anteriores, según informaron fuentes de la investigación. Tras su paso por dependencias policiales, los clérigos y el docente permanecían incomunicados por orden del titular del juzgado de instrucción número 4 de Granada, que lleva el caso.

El magistrado ordenó el registro de varias viviendas, entre ellas una situada en la urbanización de Los Pinillos, en Pinos Genil (Granada), para comprobar si en ese lugar se llevaron a cabo los ultrajes denunciados por Daniel, el joven de 24 años perteneciente al Opus Dei que ha denunciado las violaciones de que fue víctima.

Como medida preventiva, el arzobispado de Granada ha apartado del ejercicio del ministerio sacerdotal a varios curas que aparecían en la declaración. El muchacho sufrió las vejaciones cuando era un monaguillo y ayudaba en la parroquia granadina de Juan María de Vianney. La vivienda que fue objeto del allanamiento policial es un chalet radicado a diez kilómetros de la capital granadina. La Policía cree que se trata uno de los inmuebles donde el grupo llevaba a cabo sus desmanes. El lugar, conocido como 'casa de los curas', era frecuentado por sacerdotes y otras personas que aparcaban sus coches de manera ostentosas en las inmediaciones. De acuerdo con el escrito de la denuncia, Román, el jefe del clan y principal párroco del templo, persuadió al chico para que abandonara el hogar paterno y se fuera a vivir a la casa parroquial con él y dos laicos.

Los detenidos no pueden estar en dependencias de la Policía más de 72 horas. En consecuencia, este hoy o mañana pasarán a disposición judicial. La operación policial se produjo un día después de que el obispo de Granada, Francisco Javier Martínez, implorara perdón en el suelo durante una eucaristía ante la mirada de todos los fieles. El gesto, cargado de simbolismo, habría sido imposible si el papa Francisco no hubiera llegado a tomar las riendas del asunto y alentara al joven a comunicar los hechos a la autoridad judicial.

Los cuatro arrestados llegaron a la Jefatura Superior de Policía de Granada poco antes de las doce del mediodía. Fueron capturados en distintas localidades de la provincia de Granada, donde se encontraban residiendo desde que saltó este escándalo. Los arrestos se han llevado a cabo tres semanas después de que el juzgado comenzara la investigación.

Pasadas las 17.15 horas, los sospechosos fueron introducidos en coches diferentes y salieron de comisaría camino de Pinos Genil. Iban tumbados en los asientos traseros y con el rostro oculto para evitar que les retrataran los fotógrafos.

La Policía, junto al fedatario judicial y los cuatro arrestados estuvieron en el interior de esta vivienda hasta las 18.40 horas. La Policía Científica se llevó algunos objetos en una caja de cartón. Los detenidos fueron conducidos de nuevo a dependencias policiales, donde durmieron en una colchoneta arropados con una manta de color gris que les entregaron antes de ingresar en sus celdas.

Los tres religiosos apresados disponen de viviendas en común en la capital granadina, Pinos Genil y Salobreña, lo cual induce a pensar que la Policía podría efectuar nuevos registros hoy.

En su misiva al Pontífice, la víctima describió los abusos sufridos cuando era adolescente y justificó la denuncia ahora por «el posible daño [...] que podrían estar sufriendo otros chicos y chicas». A instancias de su mentor espiritual y violador, abandonó la vivienda de sus padres cuando tenía 17 años.

El ministro del Interior, Jorge Fernández, aseveró que su departamento era sabedor del asunto desde «hacía tiempo» y «no solo por los medios de comunicación». «Nadie puede poner en cuestión que Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora el papa Francisco están siendo absolutamente beligerantes para erradicar del seno de la Iglesia este tipo de comportamientos que a todos nos conmueven y a todos nos producen un daño muy grande», dijo el ministro, que encomió la labor de la jerarquía eclesiástica en el caso.

El abogado de los cuatro detenidos denunció que sus clientes se encuentren incomunicados, un hecho que consideró «desproporcionado». Se trata de una circunstancia que les obligará a estar asesorados al principio por un letrado de oficio.

Al letrado le resulta «llamativo» que el instructor haya adoptado la medida de incomunicación cuando es un asunto que está siendo investigado desde hace semanas y después de que el propio arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, citara en octubre a los implicados para tratar el asunto.

El subdelegado del Gobierno en Granada, Santiago Pérez, aseguró que se trata de un caso «bastante complicado» y que la Policía está trabajando de una manera «muy pormenorizada», dado que «estamos en un Estado de derecho» y la investigación debe ser «exhaustiva» para disponer de las pruebas necesarias.

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