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'Susana y los viejos', pintado por José de Ribera en 1617 y una de las 'joyas' de la muestra que la Reina Sofía inaugura el lunes. :: V. Carrasco
El evangelio hecho arte

El evangelio hecho arte

'A su imagen' recorre un milenio de creación y espiritualidad a través de las mejores piezas religiosas de los grandes maestros

MIGUEL LORENCI

Domingo, 23 de noviembre 2014, 01:31

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«Asombrosa e irrepetible». El catedrático y medievalista Isidro G. Bango presenta así la muestra 'A su imagen. Arte, cultura y religión', de la que es comisario y que la reina Sofía inaugura mañana. Es una brillante síntesis de la historia de la humanidad a través de la mejor pintura, escultura, imaginería y orfebrería religiosa de los últimos diez siglos. Bango quiere «enamorar a creyentes y no creyentes» con la belleza del centenar de piezas de arte religioso que ha seleccionado. Ilustran «un relato bíblico» narrado con obras magistrales de genios como Velázquez, Ribera, Murillo, Goya, Rubens, El Greco, Berruguete, Cranach o Solana.

Sus prodigiosas piezas iluminan la fructífera relación entre arte y espiritualidad en la tradición cristiana, en un apasionante relato evangélico pleno de genio artístico y contado con el auxilio de la última tecnología audiovisual. De manera didáctica y divulgativa, congrega fabulosos tesoros que permitirá al visitante -hasta el 15 de abril en el Fernán Gómez-Centro Cultural de la Villa de Madrid- recorrer los hitos bíblicos, el mensaje y la historia de la Iglesia «de la Creación al Juicio Final».

El versículo del Génesis que presenta al ser humano como creación única a imagen de Dios, da título a esta ambiciosa revisión del origen y los cimientos de la cultura occidental y su espiritualidad. Demuestra cómo con el impulso y el mecenazgo de la Iglesia, los artistas las reflejan de modos tan diverso como excelsos a lo largo de los siglos en catedrales, iglesias, ermitas, conventos y palacios.

«El arte reunido aquí es una manifestación religiosa. Y religioso es todo lo que hace el hombre para unirse a Dios, de modo que todas estas obras son el camino del individuo para aproximarse al amor de Dios», dice el comisario. Ha diseñado un recorrido que desde el Edén pasa «por lo que fue el pueblo elegido por Dios, sigue con el Cristo de los Evangelios y explora la actitud del Hombre ante el fin del mundo y el juicio que ha de temer».

«Del beato de Valcavado, del siglo X, a un Solana del XX» no se había reunido antes tan relevante conjunto de piezas de un período tan extenso. Llegan desde 22 diócesis y de colecciones públicas y privadas. Hay portentos como las cabezas de Adán y Eva talladas por Alonso Cano para la catedral de Granada; 'La tentación de Santo Tomás' de Orihuela - «acaso el mejor Velázquez fuera del Prado»- confrontado al retrato de 'San Isidoro de Sevilla', de Murillo.

Brillante es también 'Susana y los viejos' pintado por Ribera en 1617 y en poder hoy de la galería Caylus. Como los dos Goya -el gigantesco 'San Bernardo' y el diminuto 'Oración en el huerto'-, el conjunto escultórico de 'Los Ángeles' de Gregorio Fernández o el 'Cristo crucificado' que Sebastián de Almonacid talló en 1490.

Otras joyas son los Rubens 'Sansón y el león' del Fondo Cultural Villar-Mir, o 'Betsabé en el baño'; 'La expulsión de los mercaderes del templo', un Greco de la madrileña iglesia de San Ginés; 'La Virgen del pajarito' de Luis de Morales, que cede la parroquia de San Agustín de Madrid; 'La Virgen Niña' de Zurbarán procedente del Museo de Sigüenza; los tenebrarios de plata, candelabros de 300 kilos que son «lo mejor de la orfebrería europea del XVIII», o una Biblia de Gutenberg, confrontada con un fragmento de la Torá, Libro del Ley hebrea, en un pergamino de la catedral de Calahorra.

Del Románico al Gótico o el Barroco, acoge todos los estilos con los que la Iglesia católica ha representado su mensaje y que denotan «la gran capacidad del arte para humanizar y narrar una historia que hoy sigue siendo sugerente». Cada obra evoca hechos que nos ayudan a conocer una parte de la historia y sus referencias culturales. El comisario ha querido que «a cada tema le acompañara un sentimiento estético de belleza expresado a través de obras maestras atractivas por sí mismas», surgidas del mecenazgo de papas, prelados o canónigos.

No viajará esta muestra irrepetible. «Son piezas tan imprescindibles que es como si arrancáramos el corazón de los lugares de procedencia. Los cuerpos sin corazón no funcionan y los prestadores las necesitan, de modo que es imposible que itinere», explica Bango. «Creo que es 'la exposición' más relevante de los últimos años y será difícil ver otra tan asombrosa». «Ver estas obras en los 'santuarios' donde se atesoran exigiría miles de kilómetros», dice Bango.

Ceden las piezas instituciones y museos como El Prado, Reina Sofía o Patrimonio Nacional, y colecciones privadas como las del Banco Santander o BBVA. La organiza la Fundación Madrid Vivo, plataforma civil y empresarial impulsada por Juan Miguel Villar-Mir, presidente del comité organizador la exposición, bajo los auspicios de la Conferencia Episcopal y del Arzobispado de Madrid. Creada en vísperas del Jornada Mundial de la Juventud para promover valores universales enraizados en nuestra cultura, la respaldan notables entidades privadas y el Ayuntamiento de la capital. Sus promotores celebran que la fabulosa muestra «no costará nada ni al Iglesia ni a ninguna Administración». Los ingresos que genere irán a obras de caridad.

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