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Alumnos de un ciclo formativo durante una clase. :: FERNANDO Díaz
La FP gana terreno a las universidades tras duplicar sus alumnos en ocho años

La FP gana terreno a las universidades tras duplicar sus alumnos en ocho años

Casi la mitad de los estudiantes que cursan ciclos formativos son adultos que quieren reciclarse o buscan una salida al desempleo

JOAQUÍN BATISTA

Miércoles, 17 de septiembre 2014, 11:55

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La Formación Profesional volverá a marcar un récord de matrícula con 84.667 alumnos entre grados medios, que son los que se cursan normalmente después de la ESO, y superiores, a los que se llega tras el Bachillerato. En la Comunitat ya son nueve ejercicios consecutivos aumentando el número de estudiantes en ambos niveles, una evolución inversa a la de las universidades, principal alternativa a las enseñanzas profesionales.

En este caso, la demanda ya marca una tendencia descendente tras años de fluctuaciones. Pese a que los universitarios siguen siendo mayoría, que las distancias se estrechen es síntoma de que la FP ha abandonado su papel secundario en materia educativa para convertirse en una alternativa muy seria para forjarse un futuro laboral, tanto para jóvenes como para adultos que buscan reciclarse. De hecho, su presencia cada vez es mayor.

La estadística oficial de la Conselleria de Educación refleja que los centros de FP acogerán a 44.062 estudiantes de grado medio y a 40.605 del superior, siendo estos últimos la competencia más directa del sistema universitario, pues tras el Bachillerato lo lógico es entrar en los campus a través de la Selectividad o dirigirse hacia enseñanzas profesionales, y en menor medida, artísticas o musicales. Desde el 2007-2008 hasta este curso el incremento en grados superiores es del 74,66%, lo que supone casi duplicar la cifra de partida en ocho ejercicios. Y la demanda crece constantemente.

En las universidades, en un periodo similar -todavía no hay datos del curso actual, sólo llegan hasta el pasado-, la subida global fue del 1,58%, aunque con variaciones. A partir del 2010-2011 se experimentó un retroceso en las matrículas de grado y carreras en extinción que se ha mantenido hasta el 2013-2014, pasando de 144.972 alumnos a 140.171 (-3,31%). En este tiempo los ciclos superiores crecieron un 38,7%.

La Formación Profesional juega la baza de la empleabilidad y de la mayor vinculación de sus títulos con el mercado laboral. Y tiene un componente de reciclaje formativo muy llamativo que se refleja en la evolución del perfil del estudiante, con un crecimiento espectacular de las personas adultas. Antes de la crisis, en el ejercicio 2005-2006, en los grados medios el 27,7% de los estudiantes tenía más de 20 años (la edad teórica de entrada es a los 16-17), mientras que en la actualidad el porcentaje se eleva al 43,7%.

Lo mismo ha sucedido en los superiores (18-19 años), donde la presencia de mayores de 23 pasa del 33,9% al 48,5%. Mejorar las condiciones laborales, salir de las listas del paro o el prestigio creciente de estos estudios son algunas de las causas de este 'envejecimiento'.

Reciclaje laboral

«No solo te encuentras alumnos de 30 o 40 años en los ciclos clásicos, también se nota en los más novedosos, como los de Eficiencia Energética o Energías Renovables, donde más de la mitad de las personas que tenemos están reciclándose. Hay gente que viene del sector de la construcción y sabe que o se especializa en una rama más técnica o tiene muy difícil recolocarse. O trabajadores que se actualizan a lo que su empresa precisa o necesitan formación en nuevas técnicas por la evolución de la tecnología», explica Rafael Navarro, director del Centro Integrado Público de FP de Catarroja.

También destaca el alto grado de empleabilidad de los estudios formativos. «Las empresas buscan, como mínimo, un grado medio. Tienen claro que necesitan una formación específica, saben que los alumnos disponen de conocimientos añadidos, como la normativa de prevención de riesgos laborales, y si encima cuentan con experiencia previa el resultado el positivo. Mucha gente lo está aprovechando y se ha reinsertado», añade.

Una idea similar trasladan desde el IES Albal, que incluye ciclos formativos de Electricidad. «Nos hemos encontrado a estudiantes universitarios que no han encontrado trabajo o ingenieros que tras dos o tres años empleados se quedan en el paro y deciden cursar un grado superior porque les resulta muy atractivo», explica el coordinador de los estudios de FP, Joaquín Guerola. «Ya conocen lo que es una carrera y saben que un ciclo superior se basa en una enseñanza muy práctica, con mucha presencia en las empresas, lo que abre muchas puertas», añade el jefe del departamento de Electricidad, Joan Martí.

La empleabilidad

La Encuesta de Población Activa acredita el beneficio en cuanto a empleabilidad de la Formación Profesional, sobre todo en comparación con los que se quedan en el graduado escolar. Uno de los indicadores se refiere al porcentaje de desempleados sobre el total en función de la formación alcanzada. En la Comunitat, en el segundo trimestre del año, el volumen de parados con estudios de FP de grado medio suponen el 11,5% del total, un dato que en el caso de los estudios universitarios y ciclos superiores de FP -todo se engloba en la categoría de Educación Superior- se eleva al 21,7%. En cualquier caso, hay un abismo respecto a los que como mucho consiguieron el título de la ESO (38,7%).

Según la información que maneja Educación, entre los ciclos formativos con mayores salidas laborales están los de las familias de Fabricación Mecánica, Instalación y Mantenimiento, Química y Madera y Mueble.

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