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El MOE se va al corazón de África a poner paz

El MOE se va al corazón de África a poner paz

Cincuenta soldados parten de Alicante para liderar operaciones especiales en la República Centroafricana

Luis Candela

Viernes, 23 de mayo 2014, 00:41

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Da igual que sea Bosnia, Líbano, Afganistán, la Antártida o, como en este caso, el mismo corazón del continente africano. La premisa es una y vale para todos los integrantes del Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra con base en la ciudad de Alicante: siempre preparados. La última misión en la que medio centenar de integrantes de este cuerpo asentado en el acuartelamiento Alférez Rojas Navarrete de Rabasa les llevará a la República Centroafricana, cuyos habitantes se han familiarizado con las masacres tras el estallido de un conflicto que tiene su raíz en las diferencias étnicas y religiosas de su población.

  • habitantes tiene la capital donde se centran los saqueos y masacres desde que estalló el conflicto.

Un hito para las operaciones españoles que lideran esa parte del operativo europeo con un contingente de cincuenta soldados, del centenar que envía el país a la misión EUROFOR CA y que permanecerán alrededor de seis meses. En la capital del país, Bangui, los soldados patrios tratarán de llevar la estabilidad a una nación hecha pedazos desde que los milicianos Sékela, de mayoría musulmana, derrocaran al presidente Bozize y se alzasen en armas los anti-Balaka, de mayoría cristiana. Sin embargo, las fuerzas especiales de Alicante aseguran que reducir a un conflicto religioso el estallido de violencia en el que se ha visto envuelto el país resultaría demasiado simplista.

Los encargados de desplegarse en tierras centroafricanas serán los efectivos del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) XIX, una unidad de tradición legionaria y con 29 años de historia a la que da nombre el laureado por su participación en la batalla de Echeda (Sáhara) el Caballero Legionario Maderal Oleaga. El jefe de fuerza será el teniente coronel J. L., con más de una misión en el extranjero y en lugares de conflicto y acompañado por gente veterana con casi treinta operaciones a sus espaldas o al menos dos, en el caso de los más jóvenes, aunque la media de la tropa se sitúa en torno a las diez misiones.

Para dar el salto a la República Centroafricana se han instruido en sus costumbres y en su cultura, pero, sobre todo, en una herramienta que permite a los integrantes de la unidad acercarse a la población: el lenguaje. «No somos expertos en Songo -la lengua local- pero contamos con conocimientos básicos», como narra el teniente coronel del GOE XIX y jefe de la fuerza de operaciones especiales sobre el terreno.

Todo está listo para partir a miles de kilómetros de los seres queridos. «Lo fácil es ir allí, lo que tiene mérito es quedarse en casa, porque la familia es quien más se preocupa», narra el teniente coronel. No obstante, y después de tanta misiones en lugares calientes, «la familia ya sabe a lo que estamos expuestos», asegura el comandante J. C., «aunque no quita para que se alerten por noticias negativas en alguna zona cercana».

Que la pareja sea militar no significa que no sufra, como cuenta el comandante A.M.N. «Lo viven igual, con la ausencia se viven los minutos más intensos». Mientras, ellos se centran en su trabajo y se preparan para partir en avión, de ahí que las dependencias del GOE estén repletas de petates preparados.

Su objetivo no es otro que realizar labores de reconocimiento especial para facilitar información fundamental de la situación al resto de la misión y garantizar la seguridad de la misma. Para ello cuentan con material tecnológicamente avanzado, sobre todo para las comunicaciones. No obstante, su presencia asegura la resolución de situaciones de máxima exigencia como el rescate de rehenes, el desarme de fuerzas locales, además de la ejecución de tareas de escolta si fuese preciso. De su trabajo también depende que los cerca de miles refugiados puedan recibir ayuda humanitaria.

El despliegue fue aprobado el pasado 20 de marzo por el Congreso y antes por el Consejo de Seguridad de la ONU para dar soporte a otras dos misiones ya iniciadas en el país. Una de ellas, la Misca, la integran naciones africanas con el fin de apaciguar la revuelta y cuenta con el apoyo de la misión francesa Sangaris.

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