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Adiós a un rector y académico ejemplar

Adiós a un rector y académico ejemplar

Premio Jaume I, entre otros reconocimientos, la comunidad universitaria, políticos y entidades destacan su contribución pionera en medio ambiente. La UA rinde tributo a Ramón Martín Mateo, padre del Derecho Ambiental en España, fallecido a los 85 años

Esther Brotons

Viernes, 23 de mayo 2014, 00:41

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Trabajar era su gran afición. Le encantaba. «¡Qué le vamos a hacer!», reconocía Ramón Martín Mateo cuando se le entrevistó tras recibir uno de los muchos premios que acumulaba. El exrector de la Universidad de Alicante (UA) fallecía ayer a los 85 años. A primera hora de la mañana, el campus estaba de luto y los mensajes de condolencias y de tributo al considerado 'padre' del Derecho Ambiental de España no se hacían esperar. Estudiantes, profesores, doctores, políticos y entidades mostraban sus respetos y destacaban la gran contribución que realizó y que le valió el premio Jaume I de Medio Ambiente concedido en el año 2000.

Vinculado hasta sus últimos días a la institución académica, las muestras de respeto y de cariño fueron constantes y a través de la redes sociales llegaban mensajes procedentes de todos los puntos del país. Martín Mateo (Valladolid, agosto de 1928) fallecía en Alicante a primeras horas de la mañana. «Estaba ya malito», comentaban.

Rector de la UA entre los años 1986 y 1993 tras una dilatada trayectoria profesional, fue experto de las Naciones Unidas en diferentes proyectos durante los años setenta. Catedrático en Derecho Administrativo, ocupó importantes cargos de responsabilidad universitaria estatal y también fue vocal electivo del Consejo de Estado (1990-2003) y del Consejo Estatal del Agua (1991). Sus compañeros coincidían ayer en destacar que fue un académico «ejemplar» y un referente académico internacional. Escribió el primer manual universitario de Derecho Ambiental, área que introdujo en España desde EE UU y Alemania, donde desarrolló la disciplina.

«Era una persona con un gran perfil humano, dialogante y amable que deja una huella imborrable en nuestra universidad», afirmaba el rector de la UA, Manuel Palomar, quien insistía en «su carácter vanguardista en gestión universitaria y su talante innovador en ciencia y medio ambiente».

Por su parte, el rector honorífico de la UA (1980-85), Antonio Gil Olcina, mostraba «su gran pesar porque no solo se pierde al profesor, al compañero, al exrector que fue de nuestra institución, sino al amigo que se interesó por una universidad entonces emergente y que deslumbró por una ciudad donde nunca era invierno; Ramón era una persona que desbordaba cordialidad y bonhomía». El resto de exrectores de la UA también quisieron enviar sus mensajes de reconocimiento. Para Andrés Pedreño (responsable entre 1993-2000), «sus sensibilidades multidisciplinares hacía el medio ambiente, la desregulación, u otras muchas materias llevó a plantear posiciones críticas no muy comunes en la izquierda española». Salvador Ordóñez (2001 a 2004) recordaba que «creía en la institución universitaria, en su autonomía, base de su independencia del poder político, y del ejercicio de la libertad de cátedra y de investigación». Ignacio Jiménez Raneda (2005-2012) resaltaba que con él «la Universidad de Alicante ganó en tamaño y calidad».

Cercano, humilde y de una categoría intelectual «excelente». Estos fueron otros de los mensajes que se transmitieron a través de los comunicados que llegaron desde la Facultad de Derecho, el Instituto del Agua y las Ciencias Ambientales -del que fue inspirador y artífice-, el departamento de Estudios Jurídicos del Estado, sindicatos, departamentos, servicios, personalidades universitarias y la ejecutiva municipal socialista de Alicante y Compromís.

Crítico con el urbanismo

Con más de cuarenta libros publicados y más de treinta tesis doctorales dirigidas, recibió numerosas distinciones honoríficas, como la Orden del Mérito Civil, el Premio Nacional y el Jaume I de Medio Ambiente y las de doctor honoris causa por diferentes universidades, como la Rovira i Virgili, la de León, la de Mendoza (Argentina) o la de Murcia, donde aprovechó el acto de investidura en el año 2012 para realizar una encendida defensa de la naturaleza y llamar a su protección frente a los «ávidos agentes inmobiliarios». En su discurso de investidura denunció lo que a su juicio había sido «uno de los más grandes escándalos de nuestro tiempo: la manipulación de la gestión del urbanismo». Era un discurso sobre el que anteriormente ya había lanzado más mensajes: «En temas urbanísticos no vale con un papelito cada cuatro años» -en referencia a las elecciones-, sino que los planes generales de ordenación urbana deberían ser sometidos a la votación de los ciudadanos afectados».

Sus advertencias sobre los peligros medioambientales también eran constantes: «No podemos jugar a ser aprendices de brujo alterando las constantes del planeta», sentenció en una conferencia, en la que alertó: «Ya hemos modificado el clima, han desaparecido los glaciares de Europa y tengo la certeza de que dentro de 200 años las cosas van a ser mucho más difíciles para los que vivan entonces».

Casado y con cuatro hijos, fue el último rector de la Universidad de Bilbao, «embrión» de la actual UPV/EHU, entre 1976 y 1979. En aquellos años buscaba un cambio cultural y político y un sitio que estuviera cerca del mar. Su primer destino iba a ser Málaga, pero «pasé por Alicante y decidí quedarme», recordaba hace unos años en una entrevista. Hoy la provincia le despedirá. En el tanatorio de la Santa Faz tendrá lugar el sepelio.

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